- ¿Para que chingados le voy a sacar chile a una piedra?
Estábamos discutiendo como un par de viejitos sobre como eran mejores los tiempos antes. Todo empezó porque no tenía cenicero, y al fumar andando mientras hablaba iba dejando las cenizas en cada depositorio que me pareciera adecuado. Entonces comenzamos a hablar sobre la época de oro del cine mexicano y como pareciera que a pesar de que el drama de aquel entonces es el mísmo que se vive ahora, la gente se veía mas a gusto, más sencilla, más contenta.
Empezó a decirme como antes los niños eran felices jugando a la rayuela, nada más aventando un par de piedras, o a las canicas los que eran más riquillos. Entramos a la charla sobre electrodomésticos, ya que, en contraste, su hermana hoy en día le reclamaba que ella nunca más iba a usar un molcajete y que, es más, ya tenía apartado un abrelatas eléctrico para navidad. De ahí salió lo de que nunca más prentedería sacarle chile a una piedra. Y ni se diga, porque hoy apenas unos cuantos años más tarde, ya hay salsa molcajeteada hasta en tetrapack, que nada más necesita uans tijeritas.
Allá antes las cosas eran diferentes. Muy poca gente conocía el hielo, es cierto. La comida era siempre del día, por eso se comía mejor. Me contaba entonces que cuando avanzó el tiempo y como quien dice "mejoró la cosa", le regalaron un refrigerador a la tía. Vaya, pues que bonito armario, yo creo que dijo la tía. A la siguiente visita que le preguntaron cómo le había ido con su nuevo refrigerador ella contó que muy bien, que era una maravilla el mueble ese pero que no entendía para que tanto cajón. Después de una minuciosa inspección se encontró que tía había usado el refri para guardar zapatos y las bolsas de salir al mercado. Hubo que explicarle que se usaba como las lámparas, conectada al socket, y que enfriaba, y que si dejaba ahí su comida y las verduras le durarían más tiempo. Daaah. Pamplinas. Bueno pero a ver, fast forward al día de hoy, tratándole de explicarle a mi madre cómo se usa el msn.
"La felicidad de la gente era más sencilla antes", me dice. Que la gente era felíz con más poco. Que ahora se nos causa la ilusión de querer tanto y tener tanto que finalmente se es feliz por una complicación horrible. Muy pobres muy pobres pero con sky, stereo de 1200 watts y tele de 29 pulgadas. Cocacola todos los días en la mesa. Cual crisis entonces.
En fín. Yo hoy por hoy, me siento afortunado. Solo quizá, pero muy afortunado.