On your gringos, if I may, sir.
To vm, or not to vm. That was the question that arose to my mind. A common, and such a silly question, as it would pop into any commoners mind. A silly question , for the answer is always the same, at least for me: I was, here I am, therefore I'll be.
To vm... well, if such an onerous task requires all this philosophical blabbering, it better be well done. Or in words of my spiritual advisor: “if something is worth doing, then it's worth doing it right“. Así que armado con dos nuevas apps y el brío de leer algo agradable en Facebook, me lanzo entonces a la lucha de ser. Ser programador que es lo que hasta el día de hoy sigo necio con ser.
Ciento quince millones! Que barbaridad! Bah. El dinero es lo de menos (bueno no, de hecho no, la neta si es bastante) cuando lo importante es el destino de una nación. Más que una cantidad, el hecho te atañe. Yo tengo que ver, tu tienes que ver, cualquiera que sepa leer una mendiga línea de HTML tiene que ver. Código somos todos, cuando menos el genético. Ver a la gente enriquecerse con código gratuito y no mover ni una ceja no es de Dios. Es de tibios. Y espero no haber nacido en una nación de tibios.
He dicho.