lo único que todos tenemos
Ya había estado aguardando algún tiempo a que llegara el momento correcto para escribir nada. Ese momento parecía haber llegado en algunos días, pero no lo sentía lo suficientemente fuerte como para decidir comenzar a escribir. Y ahora estoy escribiendo, el sentimiento de decisión ganó, y el sentimiento de escribir esta más bajo que en muchas anteriores ocaciones.
No es que no tenga ganas de escribir... es simplemente que no me siento en ese status mental en el que todas las ideas están perfectamente nítidas en la cabeza, en ese momento en el que puedes dejar fluir todo el mental stream y entretenerte por un buen rato nada más viéndolo correr. Sin embargo, reflexionando un poco más al respecto, (irónicamente) este es el momento perfecto para escribir esta última parte. Porqué? Porque no tengo nada que escribir.
Puedo poner cuando menos lo básico... La nada es el último elemento de esta pequeña "lógica completa" que he estado investigando últimamente... Con nada vine, y nada me llevo. Nada espero, y gracias a ello, lo tengo todo. Como nada tengo, nada me puede ser robado, y si llegara a sentir que algo me fue robado, o que algo perdí, pues que mentira. Si sientes que perdiste algo, es porque sentiste que era tuyo, y eso puede resultar doloroso. Si pierdes algo, pero sabes que no es tuyo, duele menos, y si en realidad estás en armonía volverá pronto, posiblemente multiplicado.
La verdadera compresión de la nada es un compromiso muy fuerte. Es una responsabilidad. Al igual que no puedes dejar a un niño tomar todo el alcohol que quiera, o salir y manejar la camioneta, no porque sea bueno o malo para el, sino porque no va a saber con lo que se está metiendo, y es bastante posible que algo salga mal. Pero sabiendo dos o tres cosas, y con la responsabilidad suficiente, se puede tomar un poco de alcohol para disfrutar con los amigos, o tomar la camioneta y salir a pasear sin causar daños a nadie.
La nada puede entonces interpretarse de dos maneras. Como nada es mío, pues porqué preocuparme por nada. O... cómo diablos nada va a ser mío? Esta teoría es una basura, lo que yo me gané, por derecho es mío. Y la realidad no va a encontrarse sino en la armonía de estos dos conceptos, ya que ambos forman parte de la nada.
Y ahora sí, finalmente: Tengo todo y nada.