Hoy me dí cuenta de qué tan mal puede llegar a tratarte alguien sin que lo notes. Por cuanto tiempo, cuando daño puede uno aguantar, cuántos pretextos y razónes se inventa uno para pensar que no es tan malo, que lo que pasa es que uno es muy sensible, que la otra persona así es, que no todos somos tan cuidadosos, que lo tolero por un gran amor, que más adelante será diferente, que no es para tanto. Lo que séa, incluso sin razón, inclúso quizá pensar que lo que pasa es que soy masoquista.
No. En tan poco tiempo me he dado cuenta de como yo y cualquier persona merezco y merece ser tratada. Y a no aceptar ni un poco menos que eso. También me dí cuenta de la cantidad inmensa de pretextos que me invento para estar cerca de gente que me hace daño, que es tóxica por el simple hecho de estar cerca de ellos. Que si es familia, que si es muy culero (y perdón por lo de que si es) abandonar a la familia, que si solo es un ratito y no va a pasar nada, que pobrecitos, lo que sea, lo que sea, lo que sea. Hasta lo más absurdo.
Nunca más voy a ser tapete de las botas emocionales de nadie solo por estar cerca de su corazón. Ya sé qué es lo que merezco. Ya sé que "casi bueno" es muy diferente al "lo mejor" que merezco. Creo que ahora sí me perdono. No lo sabía. No lo veía. Ni enterado estaba de que tantas y tantas cosas que pasaron no tendría ni porqué haber estado ahí. La mayoría de las personas se hacen a un lado cuando otra persona te escupe, yo nací aprendiendo a ignorar que la gente te vomite encima, siempre y cuando te reconozcan y te den aunque sea una migaja de amor. Ya no tengo verguenza de mi mísmo, noy soy malo, pero tampoco soy un santo. Y aprendí que no es culpa de nadie. No culpo, cada quien tiene sus propias razónes pero yo ya encontré las mías.
Sobretodo, aprendí también que yo mismo me maltrataba a mi mísmo. Y tampoco me lo voy a permitir ya, sin excusa ni pretexto.